Frescas como el primer día

La ruta de las manzanas: del árbol a tu tienda

En agosto empieza el periodo más intenso del año para los cultivadores de manzanas: la cosecha. Es precisamente entre mediados de agosto y noviembre cuando las distintas variedades de manzana alcanzan su madurez perfecta y se recogen. Respetar los tiempos correctos garantiza la calidad y la capacidad de conservación de las manzanas. Cada manzana es seleccionada a mano por el fruticultor que, generalmente, se vale de la colaboración de estudiantes, jubilados o trabajadores temporales para garantizar una cosecha completamente manual. El trabajo físico se facilita con el uso de prácticas cestas llevadas al hombro, carretillas elevadoras y plataformas móviles para la recolección.

Las manzanas recolectadas llegan a las cooperativas frutícolas en cajas grandes de más o menos 320 kg cada una. Son marcadas con un código de barras para garantizar su trazabilidad y conservadas en cámaras frigoríficas.
La conservación de las manzanas

Técnicas modernas para almacenar manzanas

Las manzanas son conservadas a una temperatura de aproximadamente cuatro grados en un ambiente de oxígeno reducido. Así, el proceso de maduración se ralentiza, las manzanas se encuentran en una especie de hibernación. En esta atmósfera controlada, las manzanas se mantienen frescas hasta 12 meses.
El despertar de la hibernación

Selección, trazabilidad y venta

En cuanto llegan los pedidos de los clientes, las manzanas vuelven al aire libre. Las cajas se sacan del almacén y se llevan a la planta de selección. Las manzanas son transportadas por agua y seleccionadas según su forma, color, tamaño, integridad de la piel y la presencia de magulladuras. En esta fase se saca una foto de cada manzana. En la fase sucesiva, se ponen las manzanas en cajas grandes. Finalmente, son cepilladas, lavadas con agua potable, envueltas, etiquetadas y transportadas a los clientes.

Nuestra garantía: gracias al código de barras con el que se etiqueta cada caja al entregarse a la cooperativa frutícola, cada manzana puede rastrearse hasta su agricultor correspondiente. Solo las manzanas de tamaño, forma y colores uniformes, que no presentan residuos y llevan etiquetas, pueden salir de la cooperativa frutícola y ser vendidas.