Los métodos de producción integrada garantizan el equilibrio natural del huerto aprovechando las capacidades de resistencia propias de la naturaleza:
se basan en la protección de insectos y otros animales útiles, como mariquitas o especies avícolas, tomando una serie de medidas específicas como por ejemplo la disposición de nidos artificiales o montones de piedras como refugio para comadrejas y serpientes.
La agricultura integrada prevé el uso de productos fitosanitarios solo en caso de que los sistemas naturales no sean suficientes y la cosecha esté en riesgo, y siempre respetando plenamente las disposiciones establecidas por las directrices de AGRIOS, que especifican las características de los productos permitidos: los fitosanitarios permitidos no deben tener ningún potencial altamente tóxico para el ser humano y los animales, deben ser rápidamente biodegradables y garantizar la protección de los recursos hídricos, el suelo y la atmósfera; además, deben cumplir con los límites establecidos para los residuos, que en el Tirol del Sur-Südtirol son incluso inferiores a los previstos por ley para el cultivo de manzanas en Italia.
El sello IGP permite la completa trazabilidad de cada fruto individual, garantizando la calidad y el origen del producto